Por Ricardo Abud
La situación económica del país está llegando a niveles inhumanos
ante la mirada esquiva del ejecutivo nacional, que piensa que puede manejar una
crisis de este tipo, con la lotería de los bonos, una caja CLAP, engaño través de leyes mágicas o el chantaje y manipulación,
ni que decir de la lealtad levándola al plano de obediencia ciega.
Aunado al bloqueo económico hay una estructura financiera ineficiente
montada por un gabinete económico, prepotente y arrogante, un presidente que
piensa que ha sacado 19 en economía, usted no ha sacado 19 en económica Sr.
presidente, buena nota tiene este pueblo que ha sabido sortear las dificultades
de una guerra económica externa e interna y a su fracasado gabinete económico con
su nueva burguesía “revolucionaria” incorporada, 20 puntos tiene este noble
pueblo. Una ministro de economía y finanza que tiene
el descaro de declarar que “hemos derrotado la hiperinflación”, no Sra.
Ministro Venezuela se encuentra atravesando una de las peores crisis económica y
social que país alguno de Latinoamérica haya atravesado, no hay en la historia
moderna un ejemplo más emblemático, lo más lamentable es que seguimos hundiéndonos en el fondo de la
miseria sin perspectivas de recuperación
en el corto y mediano plazo, más allá de la necia tesis de que con una Ley Antibloqueo
superaremos las adversidades. No existe ni hay voluntad política y decisiva
para implementar un programa económico integral que se ocupe de desmontar los grandes
desequilibrios económicos y macroeconómicos, así como las profundas distorsiones
de los precios, menos aún instituciones funcionales
que coadyuven a salir del caos en el
cual estamos sumergidos.
Para nadie es un secreto que la hiperinflación ha socavado
los logros y los avances en programas sociales que se habían implementado hasta
el año 2012, solo quedan las ruinas y los buenos recuerdos de esos programas,
hoy millones de venezolanos hemos traspasado el umbral de la pobreza, con
salarios mensuales por debajo de dos dólares, un poder adquisitivo disminuido a
cero, y muchos visualizan y aseveran que estamos al borde de una de las crisis humanitarias
más grande en la historia moderna de América Latina ante la mirada impávida, inconmovible
del gobierno que solo piensa en las
elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
No hay excusa que en más de 20 años de “Revolución Bolivariana”
no se haya creado un aparato productivo estable, que posibilitara el
autoabastecimiento del país, incluso con
excedente exportables que pudieran generar divisas, dejar de haber sido y ser hoy un país que
sigue y seguirá dependiendo de las exportaciones de petróleo y de oro, un
sector privado parasitario que solo se lucra con el manejo de divisas para
enriquecerse, una dependencia insostenible de las importaciones una la sobrevaluación
de la moneda, factores todos que inciden en la grave crisis que enfrentamos.
Una página que maneja la fluctuación del dólar paralelo y el
Banco Central que les hace el juego a estos depredadores, una Ministro de
Comercio, que todo el mundo denuncia y nadie hace nada por revertir la situación
tan peligrosa que vivimos, un dólar paralelo que el día de hoy, 12/11/2020
sobrepasa los SEISCIENTOS CINCUENTA MIL
BOLÍVARES (650.000Bs), una locura total y la inanición del gobierno es sistemática,
lo que nos hace reflexionar y preguntarnos: ¿SINO SE CAMBIA LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS, DEBERÍAMOS ENTONCES CAMBIAR A
LOS POLÍTICOS?
La dialéctica en el campo económico venezolano no existe,
hay una inamovilidad total, que mantiene permeando el bolsillo de todos los
venezolanos, las familias no tienen poder de planificación de su economía, ya
que los precios varían en función de la fluctuación
del dólar paralelo el cual cambian a diario incluso hasta 3 veces en un mismo día
su valor. Realismo mágico, sin concepciones teóricas firmes en el campo de la economía,
una parálisis estructural, solo compatible con esquemas de rigidez ideológica que
no se corresponde a doctrinas universales, sino a la estupidez de quienes se empeñan
en llevarnos por el despeñadero no sin antes obtener las consabidas prebendas que se traducen en la extracción de la renta.
Por otro lado nos encontramos ante una fuerte contradicción
entre el tipo de cambio y los precios, lo que conduce a un mayor encarecimiento
de la vida y caída del poder adquisitivo,
llevando incluso a devaluar a la moneda norteamericana, lo que trae como
consecuencia tener más dólares para poder comprar lo que antes se hacía con
menor cantidad, una asimetría diabólica que trastorna la paz del país, situación
sumamente peligrosa, ante un dólar que pierde capacidad de compra de manera constante
y con tendencia al alza.
El panorama de una economía anémica, contraída no permite
visualizar mejoras en su recuperación, el modelo económico sigue debilitado e inhibido ante el total abandono por parte
del ejecutivo nacional, aunado a la escases de la gasolina, algo sumamente preocupante
ante la cercanía de un nuevo proceso electoral,
lo que podría traducirse en un detónate y elemento desestabilizador de la paz
social.
NO HAY NADA MÁS
EXCLUYENTE QUE SER POBRE
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