Políticos y estrategas en Estados Unidos afirman hoy que el presidente Donald Trump no podrá variar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre.
Al pelotón se sumó este viernes Karl Rove, considerado arquitecto de la campaña del expresidente George W. Bush, quien dijo que las elecciones ‘no serán revocadas', mientras Trump prosigue en sus planes de salir de la Casa Blanca como víctima de un fraude sobre el que no presentó pruebas.
Rove, calificado como el 'gurú' de Bush, reconoció el miércoles que las elecciones presidenciales de 2020 no serán anuladas a pesar de la avalancha de demandas.
En un artículo de opinión de The Wall Street Journal, el estratega planteó que si bien el mandatario tiene derecho a cuestionar los resultados, es poco probable que sus esfuerzos 'muevan un solo estado de la columna de Biden, y ciertamente no son suficientes para cambiar el resultado final'.
Para que eso ocurra, señaló, el derrotado tendría que 'probar el fraude sistémico, con decenas de miles de votos ilegales. Hasta ahora no hay evidencia de eso. A menos que surja algo rápidamente, las posibilidades del presidente en la corte disminuirán precipitadamente cuando los estados comiencen a certificar los resultados'.
Precisó que una vez que terminen sus días en la corte, el presidente debe hacer su parte para unir al país liderando una transición pacífica y abandonando las quejas.
Según la televisora CNN, el artículo de opinión convierte a Rove en una de las figuras republicanas de más alto perfil que alienta a Trump a aceptar los resultados de las elecciones, algo a lo que se niega y en cambio promueve conspiraciones infundadas de que le están robando su segundo mandato.
En las cortes, los republicanos y la campaña de Trump no presentaron ninguno de los tipos de reclamos legales graves que podrían provocar recuentos o impugnaciones de recuentos de votos en un número significativo de boletas en los estados campos de batalla de Pensilvania, Michigan, Nevada, Arizona y Georgia.
Para lograr su objetivo de evitar la victoria demócrata, los republicanos necesitarían desafiar suficientes votos en los tribunales y cambiar un estado que están perdiendo a su favor.
'Ese es un estándar que aún no han estado cerca de cumplir», dijo Ben Ginsberg, un abogado republicano de larga data y analista de CNN.
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