Tras la devastación que en Puerto Rico causó el paso del huracán María, que dejó más de una treintena de muertos y pérdidas por 90.000 millones de dólares, la primera opción que manejó el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, fue “desinvertir” o “vender” la isla caribeña.
Así lo reveló la exsecretaria interina de seguridad nacional de la administración Trump, Elaine Duke (2017) en entrevista concedida al New York Times, donde dio detalles sobre la peculiar forma de dirigir la política interior y exterior por parte del magnate.
«Las ideas iniciales del presidente fueron más como un hombre de negocios, ya sabes: ‘¿Podemos externalizar la electricidad? ¿Podemos vender la isla? ¿Sabes o te deshaces de ese activo?’”, recordó.
Aseguró que esta lógica empresarial que signa a Trump, al que acusa promover un discurso «lleno de odio, enojado y divisivo», es apoyada por la mayor parte de su equipo de gabinete, tal como se lo demostró el entonces director de presupuesto, Mick Mulvaney, quien se negó a declarar la emergencia en la isla por el costo económico que esto implicaría.
«Deja de ser tan emocional, Elaine, no se trata de la gente, se trata del dinero», le habría dicho Mulvaney.
La única visita que llevó a cabo el Mandatario norteamericano a la isla, que está bajo jurisdicción de los EEUU como “Estado libre asociado”, fue fuertemente criticada por no ofrecer la ayuda necesaria, que se limitó a la entrega de insumos como agua y papel higiénico, y donde negó la posibilidad de condonación de la deuda puertorriqueña, que asciende a 70.000 millones de dólares.
Al respecto, la exsecretaria de seguridad aceptó que la respuesta a la crisis de Puerto Rico fue una decepción y ante la interrogante de si votaría una vez más por el magnate cumpliendo con su militancia como republicana Duke dijo: «Esa es una pregunta realmente difícil (…), pero dadas las opciones, aún no lo sé».
Agencias.
Así lo reveló la exsecretaria interina de seguridad nacional de la administración Trump, Elaine Duke (2017) en entrevista concedida al New York Times, donde dio detalles sobre la peculiar forma de dirigir la política interior y exterior por parte del magnate.
«Las ideas iniciales del presidente fueron más como un hombre de negocios, ya sabes: ‘¿Podemos externalizar la electricidad? ¿Podemos vender la isla? ¿Sabes o te deshaces de ese activo?’”, recordó.
Aseguró que esta lógica empresarial que signa a Trump, al que acusa promover un discurso «lleno de odio, enojado y divisivo», es apoyada por la mayor parte de su equipo de gabinete, tal como se lo demostró el entonces director de presupuesto, Mick Mulvaney, quien se negó a declarar la emergencia en la isla por el costo económico que esto implicaría.
«Deja de ser tan emocional, Elaine, no se trata de la gente, se trata del dinero», le habría dicho Mulvaney.
La única visita que llevó a cabo el Mandatario norteamericano a la isla, que está bajo jurisdicción de los EEUU como “Estado libre asociado”, fue fuertemente criticada por no ofrecer la ayuda necesaria, que se limitó a la entrega de insumos como agua y papel higiénico, y donde negó la posibilidad de condonación de la deuda puertorriqueña, que asciende a 70.000 millones de dólares.
Al respecto, la exsecretaria de seguridad aceptó que la respuesta a la crisis de Puerto Rico fue una decepción y ante la interrogante de si votaría una vez más por el magnate cumpliendo con su militancia como republicana Duke dijo: «Esa es una pregunta realmente difícil (…), pero dadas las opciones, aún no lo sé».
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