La compra a Moscú de las defensas antimisiles fue motivo de disputa entre Washington y Ankara.
El presidente turco informó este martes que advirtió a Donald Trump durante sus conversaciones mantenidas en Washington la semana pasada de que Turquía no renunciaría a la compra de los sistemas rusos de defensa antimisiles S-400 que adquirió este año a pesar de la oposición de su aliado de la OTAN.
Erdogan agregó que también le dijo a su homólogo estadounidense que si Washington mantenía su "postura intransigente" sobre los F-35, Turquía tendría que buscar alternativas para satisfacer sus necesidades de defensa a medio plazo.
El contrato de compra a Moscú de S-400 por valor de 2.500 millones de dólares se dio a conocer en septiembre de 2017 y fue motivo de disputa entre Washington y Ankara. La entrega de estos sistemas comenzó el 12 de julio, pese a las amenazas e intentos de persuasión de la parte norteamericana para que las autoridades turcas abandonaran la idea y adquirieran en su lugar Patriot estadounidenses.
Washington considera que los S-400 de fabricación rusa representan una amenaza para sus aviones de combate y ha suspendido la participación de Turquía en el programa de los F-35. También ha advertido sobre la imposición de sanciones a Ankara, aunque estas todavía no han sido formalizadas.
La semana pasada, Donald Trump mantuvo, según sus palabras, una reunión "maravillosa y muy productiva" con su homólogo turco, tras la cual aseguró que los dos países podrían resolver sus discrepancias en torno a la compra de los S-400. Según el mandatario estadounidense, la adquisición por Ankara de los sistemas antimisiles rusos plantea un desafío muy serio para Washington.
RT
El presidente turco informó este martes que advirtió a Donald Trump durante sus conversaciones mantenidas en Washington la semana pasada de que Turquía no renunciaría a la compra de los sistemas rusos de defensa antimisiles S-400 que adquirió este año a pesar de la oposición de su aliado de la OTAN.
Erdogan agregó que también le dijo a su homólogo estadounidense que si Washington mantenía su "postura intransigente" sobre los F-35, Turquía tendría que buscar alternativas para satisfacer sus necesidades de defensa a medio plazo.
El contrato de compra a Moscú de S-400 por valor de 2.500 millones de dólares se dio a conocer en septiembre de 2017 y fue motivo de disputa entre Washington y Ankara. La entrega de estos sistemas comenzó el 12 de julio, pese a las amenazas e intentos de persuasión de la parte norteamericana para que las autoridades turcas abandonaran la idea y adquirieran en su lugar Patriot estadounidenses.
Washington considera que los S-400 de fabricación rusa representan una amenaza para sus aviones de combate y ha suspendido la participación de Turquía en el programa de los F-35. También ha advertido sobre la imposición de sanciones a Ankara, aunque estas todavía no han sido formalizadas.
La semana pasada, Donald Trump mantuvo, según sus palabras, una reunión "maravillosa y muy productiva" con su homólogo turco, tras la cual aseguró que los dos países podrían resolver sus discrepancias en torno a la compra de los S-400. Según el mandatario estadounidense, la adquisición por Ankara de los sistemas antimisiles rusos plantea un desafío muy serio para Washington.
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