La plaza de San Marcos, uno de los destinos turísticos más populares y emblemáticos de Venecia, terminó completamente inundada como resultado de una marea récord.
La mayor parte del centro histórico de la ciudad italiana —incluida la legendaria basílica de San Marcos— está inundada, mientras que el servicio de barcos ha sido suspendido.
Los turistas se mueven por la plaza usando andamios de madera. Por su parte, los residentes locales se desplazan por la ciudad en barcos, lanchas o tranvías acuáticos llamados vaporetto.
La embajada de Italia en Moscú, con la ayuda del director artístico del teatro Marinski, Valeri Guérguiev, ha recaudado un millón de dólares en menos de 24 horas para restaurar el patrimonio cultural afectado por la inundación.
El 14 de noviembre, las autoridades italianas declararon el estado de emergencia en la ciudad. Esta ha sido la peor inundación desde 1966, cuando el agua subió hasta los 196 centímetros. Las autoridades locales aconsejan a la población no salir a la calle. El gobernador de la región de Véneto, Luca Zaia, calificó el desastre de "devastación apocalíptica".
Actualmente, el nivel de agua en los canales de la ciudad dejó de subir. Los meteorólogos afirman que la situación se normalizará en los próximos días.
"Los venecianos solo se arrodillan cuando rezan. Venecia estará nuevamente en marcha", declaró en su Twitter el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro.
No obstante, otras ciudades históricas como Florencia y Pisa fueron puestas en alerta máxima ya que las aguas del río Arno han crecido por intensas lluvias.
Sputnik
La mayor parte del centro histórico de la ciudad italiana —incluida la legendaria basílica de San Marcos— está inundada, mientras que el servicio de barcos ha sido suspendido.
Los turistas se mueven por la plaza usando andamios de madera. Por su parte, los residentes locales se desplazan por la ciudad en barcos, lanchas o tranvías acuáticos llamados vaporetto.
La embajada de Italia en Moscú, con la ayuda del director artístico del teatro Marinski, Valeri Guérguiev, ha recaudado un millón de dólares en menos de 24 horas para restaurar el patrimonio cultural afectado por la inundación.
El 14 de noviembre, las autoridades italianas declararon el estado de emergencia en la ciudad. Esta ha sido la peor inundación desde 1966, cuando el agua subió hasta los 196 centímetros. Las autoridades locales aconsejan a la población no salir a la calle. El gobernador de la región de Véneto, Luca Zaia, calificó el desastre de "devastación apocalíptica".
Actualmente, el nivel de agua en los canales de la ciudad dejó de subir. Los meteorólogos afirman que la situación se normalizará en los próximos días.
"Los venecianos solo se arrodillan cuando rezan. Venecia estará nuevamente en marcha", declaró en su Twitter el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro.
No obstante, otras ciudades históricas como Florencia y Pisa fueron puestas en alerta máxima ya que las aguas del río Arno han crecido por intensas lluvias.
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