¿Continuará el reinicio de relaciones entre Rusia y EEUU?

¿Continuará el reinicio de relaciones entre Rusia y EEUU?
Por: Oksana Polischuk,
RIA Novosti


Reunidos en Ginebra el 6 de marzo de 2009, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, y su homóloga estadounidense, Hillary Clinton, apretaron un botón rojo como símbolo de “reinicio” de las relaciones bilaterales que bajaron a su peor nivel durante la administración del presidente estadounidense George W. Bush.

Transcurridos tres años desde ese momento, los estadounidenses siguen discutiendo la necesidad del “reinicio”, mientras que los expertos rusos prefieren utilizar otros términos para describir los procesos anunciados.

Pero es evidente para ambas partes que es espinoso el desarrollo de relaciones entre Moscú y Washington, incapaces de encontrar fórmulas de compromiso en varios asuntos de la agenda bilateral.

El proceso ha comenzado bien

Un año después de que Rusia y EEUU anunciaran el “reinicio” de sus relaciones, en la primavera de 2010, el presidente ruso Dmitri Medvédev y su homólogo estadounidense Barack Obama firmaron el nuevo Tratado de Reducción de las Armas Ofensivas Estratégicas (START).

Esto fue un avance importante que ofrecía a ambos países las perspectivas de continuar mejorando sus relaciones.

Tras la suscripción del START, en las capitales de Rusia y EEUU se oía decir que el problema principal que no se había resuelto todavía era el ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Además, entró en vigor el acuerdo ruso-estadounidense de cooperación estratégica para el uso civil de la energía atómica, conocido también como el Acuerdo 123, lo que inspiraba aún más optimismo.

Parecía que incluso la polémica sobre el escudo antimisiles que EEUU está desplegando en Europa se había hecho menos aguda. La administración de Barack Obama anunció inicialmente que revisaría los planes de desplegar el sistema de defensa antimisiles en Europa en la configuración desarrollada durante el mandato del expresidente George W. Bush.

Al resumir los resultados de la cooperación durante dos años entre la administración de Obama y sus socios rusos, el entonces asesor del presidente en temas relacionados con Rusia, Michael McFaul, destacó que había más ventajas que inconvenientes en el desarrollo de las relaciones bilaterales.
McFaul calificó de negativa la falta de progresos en la búsqueda de fórmulas de compromiso en lo que se refiere al desarrollo de la democracia en Rusia y a la situación en torno a Georgia.

En todo lo demás, el cielo político ruso-estadounidense estaba despejado. Aún los críticos más implacables de Obama confesaron que el avance en las relaciones con Rusia era su único logro considerable en política exterior durante los primeros dos años de su mandato presidencial.

Es prematuro manifestar la alegría

Pero en realidad, las relaciones entre Moscú y Washington siguen siendo demasiado complicadas. En la antesala de la visita de Dmitri Medvédev a EEUU en junio de 2010, los servicios secretos estadounidenses detuvieron a un grupo de presuntos espías rusos.

Washington anunció que su arresto era “justificado, oportuno y realizado en interés de la seguridad nacional”. El escándalo de espías se acompañaba con las declaraciones de la Casa Blanca sobre la necesidad de “crear un fundamento sólido para el desarrollo de relaciones ruso-estadounidenses”.

Mientras, el propio arresto de los supuestos espías no tuvo una influencia evidente sobre estas relaciones que, a pesar de las buenas intenciones de ambas partes, no se podían calificar de impecables.

El diálogo se detuvo o avanzó a ritmo muy lento en varios ámbitos. Washington niega a Moscú garantías jurídicas de que el escudo antimisiles que planea emplazar en Europa no amenazará la seguridad de Rusia.

Existen serias discrepancias entre Rusia y Estados Unidos sobre Irán y su programa nuclear, Libia bombardeada por la OTAN y Siria, donde según Moscú sería necesario evitar la repetición del guión tradicional de “prestarle apoyo a la oposición desde fuera” que ya probó su ineficacia.

Las dificultades surgieron incluso en la cooperación ruso-estadounidense sobre Afganistán que estaba desarrollándose con éxito. Moscú llama a hacer frente a la amenaza proveniente del narcotráfico afgano mediante la destrucción de cultivos de la amapola opiácea para que los campesinos se dediquen al desarrollo de otras ramas del sector agrícola.

Mientras, Washington insiste en la necesidad de “apoyar” a los productores agrarios en Afganistán para los que la producción de opiáceos es su única posibilidad de ganarse la vida.

Reflexiones en torno al “reinicio”

Parece que el término "peregruzka", que quiere decir “sobrecarga”, es el que caracteriza mejor las relaciones actuales entre Rusia y EEUU. Esta inscripción en ruso apareció por error en vez del término "perezagruzka" (reinicio) sobre el botón rojo que le regaló Clinton a Lavrov al inicio de sus negociaciones en Ginebra en 2009.

Los expertos rusos evitan utilizar el término “reinicio” propuesto por sus socios estadounidenses para definir la renovación de las relaciones bilaterales. El “reinicio” no es nuestro término ni nuestra tésis. Siempre hemos considerado que Rusia está desarrollando con EEUU una cooperación estratégica equitativa, un diálogo de confianza que toma en consideración los intereses y posturas de ambas partes”, declaró el portavoz de la Cancillería rusa, Alexander Lukashevich.

“El término "reinicio" más bien se refiere a la política que empezó a aplicar Barack Obama y su administración tras su llegada al poder”, añadió.
Lukashevich calificó de positivo el “reinicio” en general y recordó que pese que se había conseguido muchos éxitos en el desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses, varios problemas siguen sin resolver.

“Las discrepancias sobre el programa de defensa antimisiles en Europa es uno de los asuntos más complicados en las relaciones ruso-estadounidenses, así como el arreglo de la situación en Siria y otros puntos calientes en varias regiones”, dijo Lukashevich.

Según él, ambas partes están interesadas en “desarrollar tales relaciones en el plano estratégico para un futuro previsible y con la agenda positiva”.

Elecciones, elecciones...

Las campañas presidenciales lanzadas en Rusia y EEUU asimismo ejercieron influencia en sus relaciones. Para complacer a los estadounidenses radicales, el presidente estadounidense opone resistencia a los que consideran que se ha reducido la influencia de EEUU en la arena internacional. “Esta gente no sabe lo que dice”, suele declarar Obama.

El nuevo embajador de EEUU en Rusia, Michael McFaul, anuncia activamente las principales prioridades en la política de Washington con respecto a Rusia. En sus entrevistas, McFaul señala que EEUU “mantiene valores universales y se pronuncia por la diseminación de los principios democráticos en todo el mundo, incluida Rusia”.

Además, McFaul está seguro de que el “reinicio” continua, pero está transformándose.

Pero parece que el primer ministro ruso, Vladímir Putin, mantiene otro punto de vista respecto al “reinicio” de las relaciones ruso-estadounidenses. En vísperas de las elecciones presidenciales que se celebraron en Rusia el pasado 4 de marzo, Putin, como candidato a la presidencia, declaró en su entrevista a los redactores jefe de varios medios de información extranjeros que la propuesta sobre el “reinicio” era útil.

Según Putin, el “reinicio” de las relaciones bilaterales propuesto por Barack Obama permitió firmar un nuevo tratado Start de desarme nuclear, cooperar en el ámbito atómico pacífico y facilitar el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio.

El primer ministro rechazó asimismo las acusaciones de antiamericanismo en su campaña electoral. “Si escucha la retórica de nuestros colegas estadounidenses sobre nuestra campaña electoral, la consideramos como antirrusa. Pero ¿dónde ha visto la retórica antiestadounidense en nuestra campaña? No centramos mucha atención en los asuntos internacionales... Criticamos la postura [estadounidense] respecto al escudo antimisiles, pero lo habíamos hecho desde el inicio”, declaró Putin.

El tiempo dirá si el proceso del “reinicio” de las relaciones ruso-estadounidenses ha llegado a su fin y comienza una nueva etapa que se puede caracterizar como “no podemos vivir juntos pero tampoco separados”.

No tendremos que esperar mucho. En noviembre del año en curso las elecciones presidenciales se celebrarán en EEUU.
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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