La senda hacia un mundo sin armas nucleares está lleno de espinas

La senda hacia un mundo sin armas nucleares está lleno de espinas
Por: Alexei Vlásov*,
RIA Novosti


El pasado 26 de agosto dio comienzo en Astaná, la capital de Kazajstán una conferencia internacional de alto nivel dedicada a asuntos relacionados con el cese de las pruebas nucleares y la destrucción de las armas nucleares.
El evento conmemora el Día Internacional contra las pruebas nucleares que se celebra el 29 de agosto por iniciativa de Kazajstán, apoyada por la Asamblea General de la ONU.

Para Kazajstán esta fecha es a la vez trágica y memorable: en primer lugar, recuerda el polígono de pruebas de Semipalátinsk, el segundo polígono más grande y el cuarto arsenal nuclear más potente a nivel mundial, en el cual, durante la época soviética, se llevaron a cabo más de 400 explosiones nucleares. Las consecuencias de aquellas pruebas, sobre todo, para la ecología regional, siguen presentes hoy en día.

Inicio de la era nuclear. Infografía

Hay, sin embargo, hay una segunda fecha importante: precisamente el 26 de agosto de 199, el presidente del país, Nursultán Nazarbáyev, decretó el cierre del polígono de Semipalátinsk, iniciando una nueva etapa en la historia nacional, la de un Kazajstán libre de armas nucleares. Fue una elección consciente del Gobierno de la joven República, que dio un paso decidido hacia la renuncia de las armas nucleares que quedaban en su territorio tras la desintegración de la URSS. De esta manera, el nuevo rumbo de la política exterior del Estado independiente de Kazajstán pasó a basarse en los principios del movimiento hacia un mundo libre de armas nucleares.

En los años transcurridos desde aquella decisión, precisamente esta actitud llegó a constituir un verdadero símbolo de la diplomacia kazaja y un elemento clave de la posición del país en la arena internacional.

Los expertos conocen perfectamente las etapas de la realización de la estrategia de "un mundo sin armas nucleares" promovida por Kazajstán. En diciembre de 1993 el Soviet Supremo de la República de Kazajstán ratificó el Tratado de No Proliferación de armas nucleares. A partir de febrero de 1994 la República de Kazajstán pasó a ser miembro del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), estando bajo el control de la organización y funcionando de acuerdo con sus estándares todas las instalaciones nucleares situadas en el territorio del país.

Después de la Asamblea General de la ONU decidiera, en septiembre de 1996, la aprobación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), piedra angular de la seguridad internacional y de la no proliferación nuclear, Kazajstán no tardó en ratificar dicho Documento y se convirtió en un participante activo de todos los eventos que se llevan a cabo en el marco del Tratado: el sistema internacional de supervisión, realización de inspecciones y las actividades del Centro Internacional de Datos. Kazajstán permitió que, en el marco del Tratado, el antiguo polígono de Semipalátinsk fuera utilizado para la realización de experimentos y fundó un Centro regional de formación para especialistas de los países de Asia Central, dependiente del Centro Nacional de Datos.

El 8 de septiembre de 2006 Kazajstán, junto con otros países de Asia Central, firmó en Semipalátinsk un Acuerdo para la creación en la región una zona libre de armas nucleares, lo que constituyó una indudable aportación al fortalecimiento de la seguridad regional. Los países de la región se mostraron claramente a favor de la aplicación de los principios del desarme y la no proliferación, así como una abierta colaboración para solucionar aspectos delicados de este problema tan actual en el mundo moderno.

El 21 de mayo de 2009 el Acuerdo entró en vigor y fue calificado por el OIAE como una verdadera aportación en la realización del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN), en el proceso del desarme global y de la no proliferación nuclear.

La experiencia de las iniciativas regionales podría ser perfectamente aplicable a nivel global, sólo que habría que cambiar la metodología de la evaluación de los problemas existentes en el mundo actual en la materia de la seguridad internacional.

Merece la pena recordar que en abril de 2010, en el transcurso de la cumbre para la seguridad nuclear, celebrada en Washington, Nazarbáyev, propuso la adopción de una declaración universal sobre un mundo libre de armas nucleares, subrayando que "Kazajstán es un partidario activo de la seguridad nuclear".

Teniendo en cuanta que el proceso de desarme universal está atravesando una etapa de estancamiento, el líder kazajo presentó la iniciativa de la firma de un nuevo Tratado universal de no proliferación horizontal y vertical de las armas nucleares.

¿Cabría alguna posibilidad de que los principales agentes de la política internacional hicieran caso a las propuestas de Kazajstán? La situación con el Tratado de No Proliferación de las armas nucleares, al parecer, evidencia lo contrario. En opinión de los expertos, las superpotencias no quieren renunciar al "factor de disuasión", como a veces se las llama a las armas nucleares.

No obstante, queda patente que los líderes de Rusia, Dmitri Medevédev, y de Estados Unidos, Barack Obama, operan con ideas más idóneas para el siglo XXI. Así, durante una de las cumbres "Global zero" el Presidente ruso señaló lo siguiente: "Nuestro objetivo es cooperar para que las armas de destrucción pasiva formen parte del pasado". Si los ambiciosos planes de "Global zero" llegan a ser realidad, para el año 2030 el mundo estará libre de armas nucleares.

El Tratado de Reducción de las Armas Estratégicas Ofensivas (START) firmado por EEUU y Rusia en Praga fue una inequívoca muestra de que el problema de la renuncia a las armas nucleares no sólo es de actualidad para los países en vías del desarrollo, sino es estudiado cada vez con más detenimiento por los países que son los principales polos de poder.

Los tiempos cambian: si hace 10 ó 15 años el mundo sin armas nucleares parecía una utopía, en la actualidad los procesos en curso demuestran lo real que podría llegar a ser. Y es muy probable que el primer paso hacia "un mundo perfecto" se haya dado el 29 de agosto de 1991.

*Alexéi Vlásov es Director General del Centro de Información y Análisis para estudios de procesos político-sociales en el espacio postsoviético de la Universidad Estatal Lomonósov (Moscú)
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