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08 septiembre 2009
Los Milagros de la Virgen del Valle
Los Milagros de la Virgen del Valle
Por: Jorge Mier Hoffman
Este artículo es un trabajo investigativo de la Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de la República Bolivariana de Venezuela – Seccional Nueva Esparta, con motivo de celebrarse el próximo 8 de septiembre el día de la natividad de la Virgen del Valle: la Virgen Milagrosa, la Madre de los pescadores, la protectora de los neoespartanos y la Patrona de Oriente y de la armada venezolana
El 8 de septiembre el Estado Nueva Esparta y el Oriente del país, se visten de gala espiritual para participar en el peregrinaje de miles y miles de feligreses agradecidos al milagro de su Reina Madre, y para celebrar jubilosos "La bajada de la Virgen". La Virgen del Valle es la imagen inmaculada de la madre de Dios más antigua del continente americano, cuya figura llegó a Cubagua, en momentos, cuando los guaiqueríes imploraban por un milagro que pusiera fin a la barbarie de los españoles en contra de su raza.
Cuenta la historia, que algún anónimo artista español, del siglo VI, modeló en madera sus facciones de rostro angelical junto a brazos y manos, como un conjunto armonioso de la representación de "La Purísima", y sus elementos sostenidos con listones del mismo material, para darle la apariencia de la Inmaculada Concepción madre de Jesús. Trascurría el año de 1529 cuando un galeón la llevaba a Santo Domingo, antigua isla La Española, pero la Providencia hizo que, al arribar al puerto de Cubagua, santificara al primer poblado europeo de América, para darle consuelo a los nativos guaiqueríes a la sombra de su Ermita.
Cubagua, con sus 23 km2 y una de las tres islas que conforman el Estado Nueva Esparta en la República Bolivariana de Venezuela, es lo más emblemático de una maldición que secó la tierra hasta sus cimientos, como si una fuerza invisible azotó la barbarie que reinó por poco tiempo, pero que superó con creces la maldad, la perversión y la lujuria que infestó Sodoma y Gomorra, hasta que fueron devastadas por la ira de Dios, como señala la Biblia en el Génesis 19:
"Dios reveló a Abraham que iba a destruir Sodoma por medio de azufre y fuego porque su pecado era muy grave"
El 25 de diciembre de 1541, cuando la feligresía de Cubagua celebraba en la ermita de su Patrona el nacimiento de Jesús, los comerciantes hacían filas en los "confesionarios" para lavar sus pecados por las muertes de inocentes esclavos, y la iglesia elevaba sus oraciones al cielo para alabar al Todopoderoso, en el horizonte, una nube negra anunciaba el fin de una metrópolis, que fue la envidia del Viejo Mundo, el emporio financiero de Europa, y el símbolo de la barbarie, la devastación y el exterminio, que llegó con los conquistadores.
Nueva Cádiz fue azotada por la fuerza implacable de la naturaleza, y como único sobre viviente, la imagen de una Virgen que fue llevada por el mar hasta las playas de Porlamar
En el año de 1576 llegó a Margarita como delegado de la Audiencia de Santa Domingo, García Fernández de Torquemada, quien ordenó agrupar a los nativos Guaiqueríes en torno a tres centros espirituales donde serían adoctrinados en el catolicismo, siendo el Valle del Espíritu Santo uno de ellos, para lo cual se erigió una ermita para la Virgen, a partir de lo cual la tradición de los margariteños comenzaron a registrar los milagros de la Virgen del valle.
LOS MILAGROS DE LA VIRGEN DEL VALLE
En nuestra concepción religiosa, un milagro es todo aquello que no podemos explicar de manera científica y que agradecemos como un regalo de la Providencia… Un milagro es todo aquello que sucede sin la intervención del hombre, sino por la fe, la oración y la creencia mística en algo divino y sobrenatural; por lo tanto podemos decir, que la aparición de la Virgen en Margarita ya de por sí fue un milagro, tomando en cuenta lo devastador del cataclismo que sepultó la ciudad de Nueva Cádiz en 1541.
El Milagro de la Lluvia
Margarita no posee ríos, y sus pocas elevaciones impiden que las nubes se detengan en su tránsito sobre la isla… Las pocas lluvias son características en Margarita, pero nunca como a comienzos del 1600, cuando un fenómeno natural impidió que cayera una sola gota de agua.
En esa oportunidad la sequía se extendió por varios años, secando la tierra y acabando con la vegetación que ardía en llamas por el intenso calor. Prácticamente todo se acabó: los animales morían y no se podía cultivar… Pero aún así, los margariteños estaban empeñados en no abandonar su isla… Como último recurso, el pueblo fervoroso elevó sus plegarias en procesión, llevando a la madre de Dios por los miserables caseríos inmersos en la sequía y la desesperación… ¡..Cuándo ocurrió el milagro..! El cielo se oscureció y un fuerte aguacero, como nunca antes, colmó los áridos campos que volvieron a la vida... A partir de entonces, la Virgen vela por la felicidad de los margariteños, y es la encargada de asegurar el agua de lluvia, desde ese día, no ha dejado de regar los campos.
El Milagro de la Perla
Un humilde pescador de nombre Domingo, nativo de Punda, como todas las mañanas, se sumergió en las profundidades del mar en busca de las codiciadas perlas que hicieron célebre la isla de Cubagua, y que motivaron la conquista en esta parte del continente por parte de los españoles ¡..De pronto..! cuando revisaba el manto de coral, fue embestido por la filosa púa de una furiosa manta raya que rondaba los criaderos de ostras... Como pudo, salió a la superficie y llegó sangrante a la orillas, donde fue atendido por los lugareños que, en vano, intentaron parar la infección que había gangrenado la pierna… De nada sirvieron los remedios para sanar su herida… La pierna se le ulceró hasta la rodilla y sólo su amputación podía salvarle la vida, lo que también significaba la muerte para un hombre de la mar.
Ante un desenlace fatal, Juan, su mujer, invocó al milagro de la Virgen del Valle… y a los pocos días su pierna sanó sin más remedio que los rezos y oraciones de su creyente esposa. Domingo con un agradecimiento infinito, le prometió a la Virgen la primera perla que obtuviera cuando nuevamente volviera al mar… Sintiéndose seguro por el aura protectora de la Virgen del Valle, volvió al mismo lugar para extraer la valva de una inmensa ostra que halló sujeta al manto de coral… Al abrirla, su rostro mostraba el asombro de tan singular descubrimiento… ésta no era una perla común… era nada más y nada menos que una curiosa perla que asombrosamente delineaba la forma de su pierna y mostraba hasta el rastro de su cicatriz. Hoy la perla, en forma de pierna, puede ser admirada en un manto bellamente tejido que se expone en el Museo Diocesano del Valle del Espíritu Santo.
El Milagro que salvó la República
Durante una heroica Batalla en 1816 que inmortalizó la valentía del heroico pueblo margariteño ante la furia de Palo Morillo, el General Juan Bautista Arismendi recibió un disparo en el pecho que lo hizo rodar cuesta abajo, para angustia de sus hombres que lo daban mortalmente herido… La conmoción embargó a la tropa al ver a su líder caído en medio de la acción de un enemigo que superaba abiertamente a los patriotas ¡..De pronto..! se oyó un grito de esperanza: ¡..Un Milagro…! gritaron los hombres que fueron a auxiliar al héroe margariteño… Increíblemente la bala mortal no penetro el pecho, ya que fue detenida milagrosamente por una medalla de la Virgen del Valle que Arismendi siempre llevaba colgada a su pecho… y desde ese día, la imagen inmaculada de la Virgen fue bordada en los pendones patriotas que enarboló el aguerrido pueblo margariteño, para convertirse en la Patrona de Oriente y la "VIRGEN BOLIVARIANA", por ser la Patrona del Ejército Libertador Margariteño, cuya imagen inmaculada enarbolaba las banderas en cada batalla. A la llegada de Simón Bolívar a Margarita, en su Primera Expedición desde Los Cayos de San Luis en Haití, la Virgen fue trasladada a la Iglesia del pueblito de Santa Ana del Norte, para bendecir al Libertador, cuando el 6 de mayo de 1816, y bajo el manto protector de la santa Patrona margariteña, Bolívar fue aclamado como el Jefe Supremo del Ejército Libertador, para emprender su marcha invencible hacia tierra firme y liberar un Continente.
Le dicen "La Muñeca" por su rostro sonriente y angelical… otros le llaman "La Virgen Linda" por su mirada melancólica… o más fervorosamente y para darle un toque regional, todos la llaman: "La Virgen del Valle"... El pronto se cumplirán quinientos años bendiciendo, con sus ojos semidormidos y sus manos juntas, a los que acuden para adorarla y darle gracias por sus milagros… por ello es también llamada "La Virgen Milagrosa", cuyas ofrendas, de gente agradecida, colma los espacios del Museo Diocesano, ubicado frente a su santuario en la localidad del Valle del Espíritu Santo, a las laderas de la Sierra de Copey, donde apareciera un día de 1542, en hombros de de los indios guaqueríes, sobrevivientes del maremoto que devastó la metrópolis de Nueva Cádiz, y desde entonces esta raza de nativos se proclaman sus legítimos cofrades.
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