TERRORISMO

TERRORISMO
Américo Díaz Núñez
Encargado de Negocios ad hoc
Embajada de la Republica Bolivariana de Venezuela
Republica de Belarus

Terrorismo mediático es lo que hacen los aliados internos (colaboracionistas) del Imperio Norteamericano en Venezuela (desde “Globoterror” hasta el periódico o la televisora regional amarrada a la SIP y por su cuota de financiamiento secreto), instrumentando la mentira como “noticia” todos los días y en todos los temas, sin ética ni vergüenza alguna, por supuesto en nombre de la libertad de expresión.

Terrorismo alimentario es el desabastecimiento artificial para desestabilizar a un gobierno electo por el pueblo y cuyas preocupaciones principales son los servicios al pueblo para superar la pobreza y las injusticias.

Terrorismo educativo es la campaña de calumnias de algunos institutos privados contra la enseñanza pública (que no se enriquece con esa importante actividad formativa de la juventud y que puso fin al analfabetismo en Venezuela).

Terrorismo militar y bélico es la amenaza permanente de guerras preventivas, invasiones violadoras de la soberanía nacional, genocidio o exterminio de la población civil, espionaje satelital, infiltración de sicarios colombianos llamados paramilitares, bombardeos sin previo aviso y donde se considere necesario. Esto ya lo vivimos hace poco en el hermano Ecuador.

Terrorismo internacional consiste en abrogarse el derecho que nadie le ha dado a calificar a los demás países como le convenga a un imperio que le declara la guerra al terrorismo de una extraña manera: legalizando la tortura, abriendo cárceles secretas y campos de concentración con secuestrados sin derecho a la defensa ni cargos, metiendo a prisión a luchadores antiterroristas como los Cinco de Cuba y apoyando a gobiernos terroristas y paramilitares como el colombiano de Álvaro Uribe, entre otros en el mundo.

Terrorismo ideológico es la declaración de un inadmisible pensamiento único instaurado por el neoliberalismo político (y no por la democracia socialista, por cierto) sobre la base del vasallaje y la dominación del más fuerte.

El terrorismo en todas sus formas está siendo derrotado por los pueblos que no se dejan intimidar por un imperio decadente e integrista que tiene como aliados incondicionales en nuestros países a los sectores explotadores minoritarios y sedientos de un poder que ejercieron en el pasado para su exclusivo provecho, sembrando pobreza, hambre e injusticias, y cosechando revoluciones.

El terror siempre ha sido el arma favorita del fascismo. Históricamente hablando, el fascismo es el pasado derrotado, que rebrotó hace décadas en el Cono Sur gracias al apoyo de ese imperio criminal que quiere para sí nuestros recursos vitales y que vive de la explotación de los más débiles.

Pero los tiempos cambiaron. Ahora los pueblos se unen para hacerle frente a ese peligro que se disfraza, como dijo Bolívar en 1829, de difusor de la libertad, en cuyo nombre llenó en el pasado a la América de miseria, y que ahora es terrorista, y está al descubierto.