a… Dios… la Fe Católica..!.
Por: Jorge Mier Hoffman
"El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Cristo era el Salvador que anhelaban (los indígenas de América) silenciosamente"
Papa Benedicto XVI
Estas fueron las infelices declaraciones que han removido 515 años de ignominia evangelizada en el mal llamado “Nuevo Mundo”; porque fueron emitidas por el Papa Joseph Ratzinger en el marco de su reciente visita a Brasil el 14 de mayo del 2007.
Es un hecho histórico y profusamente documentado e irrebatible en el campo educativo, que las fabulosas y extraordinarias civilizaciones precolombinas; léanse: Aztecas, incas, chibchas, caribes, arahuacos, pieles rojas; entres cientos de conglomerados humanos que por más de 40 mil años le dieron vida al continente americano, en menos de un siglo fueron totalmente aniquiladas como consecuencia de la barbarie y el genocidio que llegaron con los misioneros católicos, que “En Nombre de Dios y la Fe Católica”, adoctrinaban a los infelices nativos, ante la mirada expectante y furibunda de los sanguinarios conquistadores ávidos de riquezas, que compartían su botín con la Curia Romana, que fue la más beneficiada de todos los cargamentos de oro, perlas y piedras preciosas que se sacaban de América… Se cuenta, que un barco podía viajar sin brújula desde Cubagua hasta La Español, guiándose por los cuerpos desmembrados de indígenas que flotaban en el mar… Así lo describieron los cronistas de la época:
“Al arribar los conquistadores y luego de una salvaje casería humana, los nativos capturados eran amarrados en una “fila india”… Cada nativo era llevado ante el misionero, poseedor del “Contrato de Capitulación”, y el séquito de frailes católicos que acompañaba la expedición… Un soldado colocaba la filosa espada sobre el hombro del infeliz, obligándolo a inclinarse ante la cruz, besar la Biblia, y a firmar el “Acta de Requerimiento” como un contrato de sumisión redactado por la Curia Romana... Sucedía corrientemente, y por razones obvias de entendimiento del lenguaje e ímpetu aguerrido del nativo, que éste se negara a cumplir al menos una de las órdenes; si ello ocurría, era razón justificada para cortarle el cuello con la misma espada que pretendía humillarlo y su cuerpo lanzado al mar”
Y con esta práctica de exterminio en nombre de “Dios y la Fe Católica”, se aniquilaron 60 millones de seres humanos
… y no es cosa de especulación señalar que en toda la historia de la humanidad no ha existido otro holocausto de tal naturaleza, porque tal salvajismo fue denunciado, nada más y nada menos, por otro religioso, el fraile Bartolomé De Las Casas… Un sacerdote que acompañó algunas expediciones “evangelizadoras”, y que fue arrestado por denunciar, ante el Papa y la Santa Sede, los crímenes cometidos “en nombre de Dios y la Fe Católica”.
De los tratados del fraile Bartolomé De las Casas, que abarcan cientos de relatos con todos sus truculentos detalles de sadismo, tortura y muerte, este es tan sólo uno de ellos:
“Las crueldades de los malvados invasores no tenían límites. En sus doctrinas religiosas, los indios creían en un Paraíso donde viajaban las almas después de la muerte... el respeto al cuerpo humano y a la carne de sus hermanos indios, se evidenciaba en los ritos funerarios que precedían a la muerte de uno de sus integrantes... Los pestilentes y abominables españoles, sabían de esas creencias religiosas y lo sagrado que significaba la carne humana para los nativos. Por ello, se apresaban veinte mil indios y no se les daba de comer por varias semanas... Luego sus hijos eran descuartizados y sus partes colocadas en hogueras para que los nativos cautivos se vieran en la obligación de comer a sus propios hijos”
Este acto de barbarie formaba parte del procedimiento evangelizador bajo el nombre de “Justicia Cristiana”, aceptado y promovido por los Estados Pontificios mediante la “Doctrina de la Justa Guerra”, que la iglesia católica se encargó de endulzar con palabras y oraciones de una religiosidad infinita, para ocultar el holocausto americano.
Los pocos sobrevivientes a la invasión debieron sufrir la humillación, la tortura y la muerte en manos de los sádicos y sediciosos Curas que instauraron en América los sangrientos “Tribunales de Inquisición” autorizados por el Papa Sixto IV en 1478. Fueron auténticos patíbulos de sadismo, tortura y asesinato que se caracterizaron por sus ingeniosas y morbosas formas de torturar, y que se perfeccionaron en ingenio y sadismo por casi 400 años, cuando fueron suspendidos finalmente el 15 de Julio de 1834. Es decir, que la influencia de la iglesia era tal, que a pesar de que América había logrado su independencia, en estos Tribunales Católicos se continuaba quemando en vida a hombres y mujeres, por las razones más inverosímiles, como aquella dama querida por la comunidad de nombre María González: La joven mujer fue acusada por el inquisidor católico de comer un “Caldo de Gallina” durante La Cuaresma que prohibía alimentarse de carne; bastó el señalamiento del clérigo, sin derecho a la defensa, para que la joven muriera en el suplicio infernal de la hoguera, junto con aquellos que: no se arrodillaron al paso de un sacerdote, no asistieron a las obligatorias homilías, orinaron a las puertas de la iglesia, leyeron libros prohibidos, le negaron a la iglesia católica los impuestos confiscatorios que siempre debían pagar al Clero, o simplemente hicieron comentarios imprudentes sobre el Papa o el rey de España.
Estos delitos de herejía no prescribían con la muerte, y se hacían juicios a los difuntos, con la consecuente expropiación de todos sus bienes y la condena a sus descendientes por dos y tres generaciones
Este pasado ignominioso de nuestra herencia americanista que se hacía “En nombre de Dios y la Fe Católica”, y que la historia recoge como la “Leyenda Negra”, fue reconocido por la Curia romana en el marco de los 500 años del mal llamado “Descubrimiento de América”: Un día antes de celebrarse el 12 de octubre, desde la Plaza de San Pedro en su acostumbrada homilía del domingo, el Papa Juan Pablo II tuvo la valentía, la sabiduría y la religiosidad de pedir perdón en nombre de su Iglesia, por las barbaries cometidas por los misioneros que llegaron al Nuevo Mundo exterminando vidas inocentes en “Nombre de Dios y la Fe Católica”..! Juan Pablo II pidió a sus feligreses, que, a partir de ese momento, ese 12 de octubre fuera reconocido, no como el Día de la Raza, como irónicamente se celebraba, sino como el “Encuentro entre dos Mundo”, para hacer justicia y redención a las victimas del holocausto americano.
Fue un acto de humildad que hacía honor a esa energía bondadosa que sabía trasmitir ese digno representante del Dios católico en la tierra, como lo fue el Papa Juan Pablo II, que por cierto bautizó como “Capitalismo Salvaje” a las políticas Neoliberales del Imperialismo
Pero que diferente la actitud del polaco Juan Pablo II, el papa bondadoso y de la reconciliación, con la de su colega alemán, Joseph Ratzinger, el Papa Hitler y del imperialismo, porque en su juventud, Ratzinger fue adoctrinado por el PARTIDO NAZI… Lo de este Papa alemán no es nuevo, y tendremos que acostumbrarnos a una nueva iglesia con un leguaje de odio, segregacionista y virulento, que dista mucho del evangelio de Jesús y sus enseñanzas de justicia, amor y paz.
Ya anteriormente el Papa se había ensañado en contra de los musulmanes, con la imprudencia de incluirlos en una religión que, a su juicio iletrado, promueve la violencia y la muerte… y ahora desempolva las armas de la Inquisición para adoctrinar a la feligresía católica, y colocar a la Iglesia al servicio incondicional de los imperios económicos que dominan el planeta.
Si bien es cierto que los movimientos populares están inspirados en los Ideales Nacionalistas de sus bienaventurados próceres y líderes sociales, las iglesias son auténticos Campos de Concentración para adoctrinar gente religiosa e inocente
Las homilías con sus tres y hasta seis sesiones diarias, se convierten en claustros de adoctrinamiento amparados en la fe religiosa de la gente… Cientos de feligreses cautivos a la voz del sacerdote en un ambiente de religiosidad, cánticos, rezos y olor a incienso, es la manera psicológica de adoctrinar a los pueblos, ya que el sacerdote tiene la habilidad de presentarse como un interlocutor de la palabra de Dios; en un chantaje de intelectualidad, porque nada más peligroso para la vida del hombre que el temor a Dios y al castigo del alma en la eternidad.
Manipular el intelecto colectivo para honrar a Dios y la Fe Católica, siempre ha sido el papel de la Iglesia a través de la historia
Pero más peligroso es colocar a la iglesia al servicio doctrinario del imperialismo económico para combatir, en las misas, a los movimientos populares de corte socialista. Fue la intención del Papa Ratzinger cuando además agregó a su pobre exposición reflexiva:
“En América Latina (…) se ha evolucionado, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobiernos autoritarios o sujetos a ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden con la visión cristiana del hombre”
Papa Benedicto XVI
Este irresponsable comentario antibolivariano lleva implícito una orden “celestial”, para que su ejército de sacerdotes, diseminado en miles de templos en todo el Continente, inicien una ofensiva de ataque ideológico hacia los gobiernos de corte socialistas que no se arrodillan a los designios del imperialismo; como una vez lo denunció una de las víctimas emblemáticas del Papa romano, Simón Bolívar el Libertador:
“Siempre fui excomulgado por la iglesia para poner al pueblo en mi contra, y evitar el apoyo popular en mi avance por desterrar al poderío español; y cuando entraba triunfalmente a los pueblos liberados, esa misma iglesia me coronaba como el más fiel de los católicos. Si antes desde el púlpito se me consideraba el Diablo, luego desde esa misma tribuna se me compara con Dios (…) Qué farsa tan ridícula y que lección para los pueblos..! nueve días de intervalo entre aquellos dos edictos... El primero se dio porque marchaba sobre Bogotá y el segundo cuando entré victorioso a la ciudad”
Simón Bolívar
Los invito a visitar la página www.simon-bolivar.org donde conocerán la otra historia de América, la que ha tratado de ocultar la Iglesia y la que sólo puede ser leída en los libros ocultos al público en general; pulsando los siguientes Link:
Bolívar y el Día del Holocausto:
http:/ /www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_el_holocaustro.html
Bolívar y la Iglesia en sus Cuatro Partes:
Primera Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_01.html
Segunda Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_02.html
Tercera Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_03.html
Cuarte Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_04.html
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Por: Jorge Mier Hoffman
"El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Cristo era el Salvador que anhelaban (los indígenas de América) silenciosamente"
Papa Benedicto XVI
Estas fueron las infelices declaraciones que han removido 515 años de ignominia evangelizada en el mal llamado “Nuevo Mundo”; porque fueron emitidas por el Papa Joseph Ratzinger en el marco de su reciente visita a Brasil el 14 de mayo del 2007.
Es un hecho histórico y profusamente documentado e irrebatible en el campo educativo, que las fabulosas y extraordinarias civilizaciones precolombinas; léanse: Aztecas, incas, chibchas, caribes, arahuacos, pieles rojas; entres cientos de conglomerados humanos que por más de 40 mil años le dieron vida al continente americano, en menos de un siglo fueron totalmente aniquiladas como consecuencia de la barbarie y el genocidio que llegaron con los misioneros católicos, que “En Nombre de Dios y la Fe Católica”, adoctrinaban a los infelices nativos, ante la mirada expectante y furibunda de los sanguinarios conquistadores ávidos de riquezas, que compartían su botín con la Curia Romana, que fue la más beneficiada de todos los cargamentos de oro, perlas y piedras preciosas que se sacaban de América… Se cuenta, que un barco podía viajar sin brújula desde Cubagua hasta La Español, guiándose por los cuerpos desmembrados de indígenas que flotaban en el mar… Así lo describieron los cronistas de la época:
“Al arribar los conquistadores y luego de una salvaje casería humana, los nativos capturados eran amarrados en una “fila india”… Cada nativo era llevado ante el misionero, poseedor del “Contrato de Capitulación”, y el séquito de frailes católicos que acompañaba la expedición… Un soldado colocaba la filosa espada sobre el hombro del infeliz, obligándolo a inclinarse ante la cruz, besar la Biblia, y a firmar el “Acta de Requerimiento” como un contrato de sumisión redactado por la Curia Romana... Sucedía corrientemente, y por razones obvias de entendimiento del lenguaje e ímpetu aguerrido del nativo, que éste se negara a cumplir al menos una de las órdenes; si ello ocurría, era razón justificada para cortarle el cuello con la misma espada que pretendía humillarlo y su cuerpo lanzado al mar”
Y con esta práctica de exterminio en nombre de “Dios y la Fe Católica”, se aniquilaron 60 millones de seres humanos
… y no es cosa de especulación señalar que en toda la historia de la humanidad no ha existido otro holocausto de tal naturaleza, porque tal salvajismo fue denunciado, nada más y nada menos, por otro religioso, el fraile Bartolomé De Las Casas… Un sacerdote que acompañó algunas expediciones “evangelizadoras”, y que fue arrestado por denunciar, ante el Papa y la Santa Sede, los crímenes cometidos “en nombre de Dios y la Fe Católica”.
De los tratados del fraile Bartolomé De las Casas, que abarcan cientos de relatos con todos sus truculentos detalles de sadismo, tortura y muerte, este es tan sólo uno de ellos:
“Las crueldades de los malvados invasores no tenían límites. En sus doctrinas religiosas, los indios creían en un Paraíso donde viajaban las almas después de la muerte... el respeto al cuerpo humano y a la carne de sus hermanos indios, se evidenciaba en los ritos funerarios que precedían a la muerte de uno de sus integrantes... Los pestilentes y abominables españoles, sabían de esas creencias religiosas y lo sagrado que significaba la carne humana para los nativos. Por ello, se apresaban veinte mil indios y no se les daba de comer por varias semanas... Luego sus hijos eran descuartizados y sus partes colocadas en hogueras para que los nativos cautivos se vieran en la obligación de comer a sus propios hijos”
Este acto de barbarie formaba parte del procedimiento evangelizador bajo el nombre de “Justicia Cristiana”, aceptado y promovido por los Estados Pontificios mediante la “Doctrina de la Justa Guerra”, que la iglesia católica se encargó de endulzar con palabras y oraciones de una religiosidad infinita, para ocultar el holocausto americano.
Los pocos sobrevivientes a la invasión debieron sufrir la humillación, la tortura y la muerte en manos de los sádicos y sediciosos Curas que instauraron en América los sangrientos “Tribunales de Inquisición” autorizados por el Papa Sixto IV en 1478. Fueron auténticos patíbulos de sadismo, tortura y asesinato que se caracterizaron por sus ingeniosas y morbosas formas de torturar, y que se perfeccionaron en ingenio y sadismo por casi 400 años, cuando fueron suspendidos finalmente el 15 de Julio de 1834. Es decir, que la influencia de la iglesia era tal, que a pesar de que América había logrado su independencia, en estos Tribunales Católicos se continuaba quemando en vida a hombres y mujeres, por las razones más inverosímiles, como aquella dama querida por la comunidad de nombre María González: La joven mujer fue acusada por el inquisidor católico de comer un “Caldo de Gallina” durante La Cuaresma que prohibía alimentarse de carne; bastó el señalamiento del clérigo, sin derecho a la defensa, para que la joven muriera en el suplicio infernal de la hoguera, junto con aquellos que: no se arrodillaron al paso de un sacerdote, no asistieron a las obligatorias homilías, orinaron a las puertas de la iglesia, leyeron libros prohibidos, le negaron a la iglesia católica los impuestos confiscatorios que siempre debían pagar al Clero, o simplemente hicieron comentarios imprudentes sobre el Papa o el rey de España.
Estos delitos de herejía no prescribían con la muerte, y se hacían juicios a los difuntos, con la consecuente expropiación de todos sus bienes y la condena a sus descendientes por dos y tres generaciones
Este pasado ignominioso de nuestra herencia americanista que se hacía “En nombre de Dios y la Fe Católica”, y que la historia recoge como la “Leyenda Negra”, fue reconocido por la Curia romana en el marco de los 500 años del mal llamado “Descubrimiento de América”: Un día antes de celebrarse el 12 de octubre, desde la Plaza de San Pedro en su acostumbrada homilía del domingo, el Papa Juan Pablo II tuvo la valentía, la sabiduría y la religiosidad de pedir perdón en nombre de su Iglesia, por las barbaries cometidas por los misioneros que llegaron al Nuevo Mundo exterminando vidas inocentes en “Nombre de Dios y la Fe Católica”..! Juan Pablo II pidió a sus feligreses, que, a partir de ese momento, ese 12 de octubre fuera reconocido, no como el Día de la Raza, como irónicamente se celebraba, sino como el “Encuentro entre dos Mundo”, para hacer justicia y redención a las victimas del holocausto americano.
Fue un acto de humildad que hacía honor a esa energía bondadosa que sabía trasmitir ese digno representante del Dios católico en la tierra, como lo fue el Papa Juan Pablo II, que por cierto bautizó como “Capitalismo Salvaje” a las políticas Neoliberales del Imperialismo
Pero que diferente la actitud del polaco Juan Pablo II, el papa bondadoso y de la reconciliación, con la de su colega alemán, Joseph Ratzinger, el Papa Hitler y del imperialismo, porque en su juventud, Ratzinger fue adoctrinado por el PARTIDO NAZI… Lo de este Papa alemán no es nuevo, y tendremos que acostumbrarnos a una nueva iglesia con un leguaje de odio, segregacionista y virulento, que dista mucho del evangelio de Jesús y sus enseñanzas de justicia, amor y paz.
Ya anteriormente el Papa se había ensañado en contra de los musulmanes, con la imprudencia de incluirlos en una religión que, a su juicio iletrado, promueve la violencia y la muerte… y ahora desempolva las armas de la Inquisición para adoctrinar a la feligresía católica, y colocar a la Iglesia al servicio incondicional de los imperios económicos que dominan el planeta.
Si bien es cierto que los movimientos populares están inspirados en los Ideales Nacionalistas de sus bienaventurados próceres y líderes sociales, las iglesias son auténticos Campos de Concentración para adoctrinar gente religiosa e inocente
Las homilías con sus tres y hasta seis sesiones diarias, se convierten en claustros de adoctrinamiento amparados en la fe religiosa de la gente… Cientos de feligreses cautivos a la voz del sacerdote en un ambiente de religiosidad, cánticos, rezos y olor a incienso, es la manera psicológica de adoctrinar a los pueblos, ya que el sacerdote tiene la habilidad de presentarse como un interlocutor de la palabra de Dios; en un chantaje de intelectualidad, porque nada más peligroso para la vida del hombre que el temor a Dios y al castigo del alma en la eternidad.
Manipular el intelecto colectivo para honrar a Dios y la Fe Católica, siempre ha sido el papel de la Iglesia a través de la historia
Pero más peligroso es colocar a la iglesia al servicio doctrinario del imperialismo económico para combatir, en las misas, a los movimientos populares de corte socialista. Fue la intención del Papa Ratzinger cuando además agregó a su pobre exposición reflexiva:
“En América Latina (…) se ha evolucionado, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobiernos autoritarios o sujetos a ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden con la visión cristiana del hombre”
Papa Benedicto XVI
Este irresponsable comentario antibolivariano lleva implícito una orden “celestial”, para que su ejército de sacerdotes, diseminado en miles de templos en todo el Continente, inicien una ofensiva de ataque ideológico hacia los gobiernos de corte socialistas que no se arrodillan a los designios del imperialismo; como una vez lo denunció una de las víctimas emblemáticas del Papa romano, Simón Bolívar el Libertador:
“Siempre fui excomulgado por la iglesia para poner al pueblo en mi contra, y evitar el apoyo popular en mi avance por desterrar al poderío español; y cuando entraba triunfalmente a los pueblos liberados, esa misma iglesia me coronaba como el más fiel de los católicos. Si antes desde el púlpito se me consideraba el Diablo, luego desde esa misma tribuna se me compara con Dios (…) Qué farsa tan ridícula y que lección para los pueblos..! nueve días de intervalo entre aquellos dos edictos... El primero se dio porque marchaba sobre Bogotá y el segundo cuando entré victorioso a la ciudad”
Simón Bolívar
Los invito a visitar la página www.simon-bolivar.org donde conocerán la otra historia de América, la que ha tratado de ocultar la Iglesia y la que sólo puede ser leída en los libros ocultos al público en general; pulsando los siguientes Link:
Bolívar y el Día del Holocausto:
http:/ /www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_el_holocaustro.html
Bolívar y la Iglesia en sus Cuatro Partes:
Primera Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_01.html
Segunda Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_02.html
Tercera Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_03.html
Cuarte Parte: http:// www.simon-bolivar.org/bolivar/bol_y_la_iglesia_04.html
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